En el último referéndum realizado en Suiza, los ciudadanos expresaron un gran rechazo a dos propuestas: una que buscaba mayor protección del medio ambiente y otra que proponía modificaciones a la ley de pensiones.
Estos referendos son parte del sistema de democracia directa que caracteriza a la nación suiza, donde los habitantes tienen la posibilidad de votar hasta cuatro veces al año sobre distintas políticas nacionales.
La “Iniciativa de Biodiversidad“, que tenía como objetivo implementar medidas más duras para “preservar la diversa vida natural del país“, fue desaprobada por un 63% de los votantes.
La iniciativa incluía la asignación de mayores fondos públicos para “incentivar” a agricultores y otros sectores a destinar tierras y cuerpos de agua para su conservación, dejando grandes cantidades de tierra sin uso. También se buscaba aumentar la cantidad de áreas verdes “sin urbanizar“.
El apoyo inicial a esta propuesta se fue debilitando en las últimas semanas, según las encuestas, en gran medida por preocupaciones sobre los costos y las restricciones que podrían imponerse al desarrollo económico.
Suiza ya destina 630 millones de euros anuales a la “protección de la biodiversidad“, y la aprobación de esta iniciativa habría sumado al menos 420 millones de euros adicionales a este enorme gasto, un monto que muchos votantes consideraron excesivo e injustificado.
Los opositores argumentaron que la medida podría afectar la producción de energía y alimentos, elevar los costos de la construcción y limitar el uso turístico de áreas rurales.
Por otro lado, la “Reforma a la Ley de Pensiones“, que proponía un aumento de impuestos a las empresas para la contribución al sistema de pensiones, fue rechazada por un 69% de los votantes.
Al igual que la iniciativa ambiental, la oposición a esta reforma se centró en preocupaciones económicas, ya que muchos temen que mayores contribuciones por parte de las empresas afecten el desarrollo económico y la competitividad del país.
Estos resultados demuestran una clara tendencia entre los suizos a dar prioridad a la estabilidad económica por encima de nuevas “medidas ambientales“, incluso en un país conocido por su respeto al medio ambiente.
A pesar de la difusión de informes que señalan a Suiza como una de las naciones más “amenazadas” en términos de biodiversidad, el costo económico de aplicar las medidas necesarias para su protección parece haber sido un factor determinante en la decisión de los votantes.
El rechazo a ambas propuestas demuestra que, aunque los suizos reconocen la importancia de proteger el medio ambiente y mejorar el sistema de pensiones, no están dispuestos a asumir grandes aumentos en el gasto público, incrementos de impuestos o compromisos que puedan frenar el crecimiento económico.
Estos resultados también reflejan las fortalezas del sistema de democracia directa en Suiza, un mecanismo que permite a los ciudadanos tener un mayor poder de decisión en las políticas públicas. Mediante el 63% de rechazo a la Iniciativa de Biodiversidad y un 69% en contra de la Reforma a la Ley de Pensiones, Suiza dejó claro que esas propuestas generan altos costos, los cuales no están dispuestos a pagar.
Fuente: Derecha Diario