Los principales indicadores del mercado inmobiliario dan cuenta de un profundo éxito de la desregulación, en contra de todos los pronósticos del Gobierno anterior. Se estima que el precio real para poder acceder a una vivienda cayó por lo menos un 39% desde diciembre del año pasado.
El acceso a la vivienda es cada vez más asequible para los argentinos, pese a la situación de estanflación que actualmente atraviesa el país. Desde la vigencia de la desregulación inmobiliaria presente en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que presentó el Gobierno en diciembre, la cantidad de viviendas disponibles para alquiler se disparó más de un 340%, de acuerdo a los datos de Zonaprop.
La ley de alquileres sancionada por el kirchnerismo en 2020 trajo consigo una masiva contracción del mercado, y condujo a que los propietarios decidieran retirar sus viviendas del alquiler, en respuesta a una mayor inseguridad jurídica y a la virtual licuación real de los importes negociados en los contratos.
Como consecuencia de estas medidas adoptadas por la administración anterior, los precios para poder ingresar al mercado de alquileres escalaron cada vez más, conforme se redujo paulatinamente la disponibilidad de ofertas alternativas. En otras palabras, tanto a la hora de renovar un contrato como a la hora de celebrar uno desde cero, las barreras para ingresar al mercado inmobiliario no dejaron de aumentar entre 2020 y 2023.
Todo esto cambió con la vigencia del DNU en diciembre del año pasado. La masiva expansión de la ofertas de viviendas presionó por una fuerte baja en el precio real de los alquileres: el economista Federico González Rouco estima que la caída habría sido de por lo menos el 39% en términos reales.
La caída de los precios fue incluso más pronunciada que la que se observó durante el período 2018-2019. Esto no significa que los precios negociados en los contratos de alquiler hayan bajado nominalmente, lo que ocurrió fue que los aumentos de los alquileres acumulados desde diciembre de 2023 y hasta la fecha fueron persistentemente inferiores a los del promedio de todos los precios de la economía, incluyendo también a los salarios.
En otras palabras, el poder de compra de cualquier salario medido a partir de la financiación de un alquiler subió constantemente desde la puesta en vigencia del DNU que firmó el Presidente Javier Milei.
Las medidas para regular y congelar arbitrariamente el precio de los alquileres fracasaron en todas partes del mundo. Desde Cataluña hasta Berlín, las experiencias más exhaustivas en esta materia no mostraron los resultados esperados. Tampoco lo hicieron los impuestos a las viviendas ociosas aplicados en países como Canadá y algunas jurisdicciones puntuales en Estados Unidos.
Fuente: Derecha Diario