Los bonos y el dólar MEP dependen en gran medida de la percepción de los inversores. El billonario Druckenmiller lanzó, sin quererlo, una señal de alerta.
El secreto mejor guardado de Milei no es un secreto, pero cambiará la dinámica política y económica con la que la Casa Rosada viene gobernando. El 25 de mayo se termina el presupuesto 2023, es decir, la prórroga utilizada para este año. De ahí, pueden lanzarse varias diagonales, que llegan hasta el dólar MEP.
A partir de ese momento, el presidente -junto a su jefe de Gabinete- comenzará a gobernar con mayor discreción (aún). La mecánica es harto conocida: habrá que autorizar cada partida presupuestaria adicional. Si bien es cierto que quien diseña el Presupuesto Nacional es el ministro de Economía, quien es responsable de su ejecución es el Jefe de Gabinete, de acuerdo con lo que dice la Constitución Nacional de 1994.
Como podrá comprenderse, esto implicará mayor fricción con aquellos más necesitados, que se verán empujados a golpear “las puertas del cielo”. Uno de esos grupos son las provincias y quienes deben comandarlas, los gobernadores. Es uno de los grandes argumentos que llevará a muchos mandatarios provinciales a acercarse al renombrado Pacto de Mayo.
La lógica detrás del enojo: una hipótesis
Sabido es que este Pacto nació de la cópula de dos panfletos históricos: el Pacto de Olivos y, piénsese, el Consenso de Washington. Son las supuestas “tablas de la ley” para Milei, pero habrá que pensar un poco más. Al no ser vinculante -finalmente se trata de un conjunto de buenas intenciones hacia el gobierno nacional- muchos mandatarios provinciales se verán tentados a defaultear la invitación.
Algunos retrucarán con un “Pacto Federal”, que con fórceps los ‘saque’ de esa encerrona. Otros, asistirán con la esperanza de los giros discrecionales y cierta reanudación de la obra pública en su distrito. Lo cierto es que, como si se tratase de la parábola del hijo pródigo, la falta de un presupuesto 2024 podría hacerlos regresar a Balcarce 50.
Todo este cuadro de situación ya permea en las decisiones de los senadores. Hablamos del proyecto de Ley Bases y de las posibilidades del Gobierno de sacarla a flote. La Casa Rosada necesita la ley por cuestiones políticas, ya que debe demostrar que puede conseguir apoyo parlamentario ante la mirada atenta del FMI y del “mercado”.
Para el Fondo, el proyecto es relevante porque hace tiempo que pide mejorar la “calidad” del ajuste, esto es, no parar toda la ecuación del superávit en la inanición de los jubilados y pensionados. Así, la carta de Milei para inducir a todos los gobernadores a ejercer presión sobre el Senado está clara: sin ley Bases no habrá recursos.
Una ficha a la Argentina: ADRs, bonos y dólar MEP
En Wall Street, por ejemplo, aún no pueden dar crédito a la magnitud del ajuste realizado: le desconfían al “showman” como se refirió a Milei Stanley Druckenmiller, el multimillonario ex socio de Soros que esta semana, en palabras a la prensa estadounidense, aplaudió los cambios de Milei, dijo que era un “experimento” y hasta se sonrió un poco de los argentinos que aún lo bancan en las encuestas al mandatario y supeditó la suerte del plan económico un poco a la metafísica que rodea al mandatario, y otro poco a la pérdida del hechizo que, para él, significa la renuencia de un sector importante de la sociedad de volver a votar al peronismo en este momento. Fue el ministro de Economía Luis Caputo quien subió a su cuenta de X un video con un extracto de la entrevista al billonario, quizás sin percatarse que, en medio de la alocución, Druckenmiller rebajaba al presidente a un “showman” y ataba la suerte de la economía a un devenir con toques azarosos.
La búsqueda de los 700 puntos de riesgo país
Mucho de la suerte de las cotizaciones de los bonos en dólares y, por ende, del riesgo país al que mira todos los días el Gobierno con la esperanza que le permita comenzar a endeudarse en el mercado depende de inversores como Druckenmiller, que compartió además la manera en la cual hizo su apuesta en Argentina después de escucharlo a Milei en Davos: “Abrí Perplexity (inteligencia artificial) y le dije ‘dame los cinco ADR más líquidos de Argentina’. Me dio una descripción suficiente para seguir la regla de Soros de ‘invertir y luego investigar’, compré todos. Hicimos algunos trabajos en ellos y aumenté mis posiciones y hasta ahora ha sido genial, pero ya veremos”.
El Gobierno apuesta a que el riesgo país entre en la zona de los 700 puntos, hoy todavía muy lejos de esa marca. ¿Tocará el dólar MEP nuevamente ese mismo valor? Parece difícil, aunque algunas gráficas que bajan del Palacio de Hacienda juegan con esa fantasía. Sería ir a contramano de lo que pide el campo. Además, en la zona del EMBI+, los 700 puntos de riesgo país son la tierra prometida que espera Caputo para volver al ruedo. Claro que primero deberá convencer al FMI.
Fuente: Ambito