Desde el martes, la zona fronteriza norte de Jujuy, que limita con el sur del Estado Plurinacional de Bolivia, se encuentra inmersa en un conflicto que podría escalar en más enfrentamientos.
El foco del conflicto se encuentra en el barrio Santa Clara de La Quiaca, adyacente al río internacional, donde se registraron enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y ciudadanos bolivianos que intentaban ingresar al territorio argentino de manera ilegal.
Enfrentamientos en la frontera: dos gendarmes heridos
Aunque la GNA logró su objetivo, evitando el ingreso ilegal de los delincuentes, el saldo de los enfrentamientos fue de dos gendarmes heridos, quienes fueron trasladados al hospital «Jorge Uro» para recibir atención médica, y la detención de una boliviana por lanzar objetos contundentes contra los agentes.
Este escenario sobrepasa la capacidad de la Gendarmería, ya que diariamente cientos de carritos de mano cruzan desde Villazón hacia La Quiaca para contrabandear mercancía a través de pasos no autorizados.
Cuando las fuerzas de seguridad intentan cumplir con su deber de proteger la frontera, los extranjeros reaccionan con extrema violencia, arrojando piedras, agrediendo y amenazando a los gendarmes.
El mismo sentido, días atrás, el portal «El Tribuno de Jujuy» informaba sobre el reclamo de trabajadores quiaqueños, quienes sufren a diario agresiones verbales y físicas por parte de ciudadanos bolivianos.
La confrontación se centra en la competencia por la fuente laboral que genera la zona comercial de La Quiaca. Mientras los trabajadores locales pagan impuestos y están debidamente registrados, los ciudadanos bolivianos cruzan el río fomentando el contrabando las 24 horas del día por sitios ilegales, lo que agrava el conflicto con los residentes argentinos.
El conflicto fronterizo
Durante la jornada del miércoles, el río internacional amaneció bajo un estricto control militar. Gendarmería reforzó las medidas de seguridad, bloqueando el paso de extranjeros, y aquellos que lograron cruzar ilegalmente durante la madrugada fueron obligados de regresar a su lugar de origen.
Aunque se trata de una frontera seca, con un río de bajo caudal, varios grupos de personas encontraron formas de cruzar hacia territorio argentino, violando las leyes y normas de seguridad vigentes.
Este miércoles también se vivieron momentos de tensión en diversos puntos a lo largo de la zona norte de La Quiaca, mientras los efectivos realizaban su labor. Para los extranjeros, y especialmente los bolivianos, cruzar por sitios no autorizados se ha convertido en una práctica habitual.
Este problema no es nuevo y se ha intensificado desde la pandemia. Los comerciantes quiaqueños utilizan los carritos de mano del lado boliviano para el contrabando de mercancías, aprovechando el bajo costo de trasladarlas a Bolivia.
Tanto los habitantes de La Quiaca como los de Villazón consideran «costumbre» cruzar las aguas del río de un lado a otro. Sin embargo, es importante recordar que, según el artículo 17 del Código Civil Argentino, «los usos y costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieran a ellos o en situaciones no regladas legalmente«. El único paso habilitado para peatones, vehículos y mercancías entre La Quiaca y Villazón es el puente internacional «Horacio Guzmán«.
Un sector representado por la Asociación «Coronel Arraya» de Villazón cumple con las ordenanzas locales y las leyes que regulan el comercio entre ambas ciudades. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores bolivianos optan por el contrabando, lo que genera conflictos y situaciones violentas, en un contexto económico complicado que afecta a ambos países, pero impacta especialmente en La Quiaca debido a la pérdida de ingresos por impuestos y la reducción de empleos.
Fuente: Derecha Diario