El trasfondo del exilio de Edmundo: cómo Zapatero y Maduro evitaron un nuevo Guaidó

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El presidente-electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, rival de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio, se debió exiliar de su país luego de un mes luchando sin éxito para que el régimen chavista aceptara su victoria.

Este sábado por la noche, se subió a un avión de la Fuerza Aérea española y gracias a un salvoconducto humanitario que otorgó la dictadura chavista, el líder opositor finalmente salió de su país.

Pero su salida no es una buena noticia. Implica el fin de la resistencia antichavista y merma cualquier posibilidad de que Edmundo siga luchando porque se le reconozca su victoria electoral. De esta manera, Maduro hoy festeja, ya que evitó un «nuevo Guaidó».

Caso Guaidó

Tras la crisis de 2017, Juan Guaidó, por entonces jefe de la bancada opositora en la Asamblea de Venezuela, fue declarado como presidente del Poder Legislativo y en 2019, luego de que concluyera el mandato de Maduro en unas elecciones que no fueron reconocidas por la oposición, la misma Asamblea eligió a Guaidó por ley de vacancia como el nuevo presidente interino del país.

Maduro no aceptó la decisión de la Asamblea y la disolvió, iniciando formalmente el período dictatorial del líder autoritario chavista. La bivalencia presidencial que planteaba Guaidó le permitió a Estados Unidos, en ese momento liderado por Donald Trump, imponer sanciones contra Venezuela y citar a Guaidó a todos los eventos internacionales en vez de a los diplomáticos chavistas.

Con Edmundo, aunque no podría tomar control del Ejecutivo nunca, se podría haber generado una situación similar, lo cual Maduro quería evitar a toda costa.

Es por eso que en las últimas semanas, Miraflores se puso en contacto con la Moncloa, y una serie de negociaciones entre Maduro y Pedro Sánchez empezaron a tener lugar.

Un viejo conocido como ideólogo de la victoria chavista

Quien ofició de intermediario entre los líderes del PSUV y el PSOE en las últimas semanas fue José Luis Zapatero, expresidente socialista de España, quien en los últimos años giró hacia la extrema izquierda y se convirtió en una suerte de asesor internacional de Maduro.

Zapatero ideó el plan maestro. Primero, se filtraría una orden de arresto contra Edmundo del Ministerio Público Fiscal chavista. Luego, se empezaría a acosar a la Embajada argentina para meterle miedo a la oposición.

Finalmente, un llamado de Pedro Sánchez a Edmundo concretaría su traspaso de la Embajada holandesa a la Embajada española en Caracas. Según argumentó el presidente socialista, la representación de los Países Bajos no podía garantizar su seguridad. Este fue el principio del fin.

Edmundo se trasladó a la Embajada de España el pasado 5 de septiembre, pero tan solo 4 días después, Sánchez, nuevamente bajo las directivas de Zapatero, llamó al presidente-electo para decirle que ya ni ellos podían garantizar su seguridad, y que había conseguido de Maduro un salvoconducto para exiliarse a España.

El líder de la Mesa de la Unidad Democrática quedó entre la espada y la pared, y no le quedó otra opción que aceptar el exilio. Consultó con la Unión Europea pero cayó en la trampa de otro cómplice del zapaterismo: Josep Borrell, máximo diplomático de la UE, un español ex socialista del PSOE y amigo personal de Zapatero.

Finalmente, el canciller español, José Manuel Albares —otro zapaterista—, le prometió que podría ser aceptado como asilado político en Madrid, donde tendría vivienda, lugar para toda su familia, y desde donde podría seguir reclamando su victoria electoral. Esto selló la decisión, y Edmundo le avisó a Corina Machado esa misma noche que el sábado partiría de Venezuela.

La denuncia de VOX

Quien expuso todo este plan macabro fue el presidente de VOX, Santiago Abascal, quien venía avisando hace semanas de las presiones del socialismo español para quitarle la oposición a Maduro mientras muestran una fachada de rechazo a su régimen.

Abascal destacó días atrás cuando Sánchez dijo públicamente que consideraba a Edmundo un «héroe» y un «corajudo líder opositor», mientras le negaba el reconocimiento de presidente-electo y trabajaba por atrás para sacarlo del país.

«Sánchez, Albares y Borrell han ejecutado escrupulosamente los planes de Zapatero y el tirano Maduro para perpetuar su criminal régimen«, escribió en X el líder de la derecha en España.

«Su objetivo era desde el mismo día 28 evitar a toda costa el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente electo y cualquier sanción inmediata contra el régimen», denunció Abascal.

Y denunció a sus colegas en la Unión Europea: «El gobierno español lo tuvo fácil en Bruselas con Borrell y ante la pasiva complicidad de la mayor fuerza en Comisión y Parlamento Europeo, presididas ambas por el Partido Popular Europeo, que no ha hecho absolutamente nada«.

«Es una vergüenza mundial que recae sobre España y la UE. Y es el colmo del cinismo que pretenda el gobierno de Sánchez presentar su complicidad con Maduro como un acto humanitario hacia el presidente electo y legítimo que no reconoció y a cuyo exilio contribuye decisivamente«, completó.

 

 

 

 

Fuente: Derecha Diario

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