En el contexto de la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández por violencia de género, han emergido dos videos comprometedores que involucran al expresidente y a Tamara Pettinato.
Los videos, filmados en la Casa Rosada, muestra a Pettinato tomando una cerveza y manteniendo una conversación íntima con Fernández, en la que expresan su afecto mutuo de manera explícita, dejando en evidencia la falta de fidelidad de Alberto para con Yáñez.
En el primer video, Pettinato le dice a Fernández: “Sos una gran persona. Te quiero un montón y siempre te voy a querer. Y nunca más te voy a votar. ¿Vos querés que te diga más cosas? Yo creo que estamos enamorados de otra manera. Mentira. Esta cerveza tiene cosas adentro, voy a dejar de tomar cerveza. Te amo”. La respuesta de Fernández, un simple “Yo más”, es considerada por muchos como una evidencia de una posible infidelidad, lo que agrava aún más la situación en medio de la denuncia de violencia de género de Yáñez.
Este video ha aumentado la polémica, y el contexto en que fue grabado ha llevado a especulaciones sobre la naturaleza de la relación entre Pettinato y Fernández. La revelación de este material ha añadido una capa de complejidad al caso, que ya estaba lleno de tensiones y acusaciones.
Claudio Savoia, jefe de sección política en Clarín, contribuyó al escándalo revelando que Fernández tenía un teléfono viejo en el que grababa videos personales y que, al parecer, olvidó borrar antes de dárselo a Fabiola Yáñez para que lo utilizara para jugar con su hijo. Este olvido resultó en la filtración de los vídeos.
En respuesta a la publicación de los videos, Eduardo Feinmann mostró el material en el canal LN+ como prueba de la infidelidad de Fernández. Esta revelación provocó una serie de reacciones en los medios y en el público. Guadalupe Vázquez, por su parte, aportó detalles adicionales sobre el comportamiento de Fernández, indicando que situaciones similares a las que se muestran en el video eran recurrentes en la Casa Rosada. “El caso de Tamara fue especialmente alarmante. Ella llegó a asustarse por el acoso; él se obsesionó con ella y se le aparecía en la puerta de su casa, como un adolescente obsesionado”, comentó el periodista.
El escándalo se ha visto intensificado por el hecho de que la denuncia de Fabiola Yáñez no solo involucra acusaciones de infidelidad, sino también alegaciones de “terrorismo psicológico” y “acoso telefónico”. Estos cargos llevaron al juez Julián Ercolini a tomar medidas concretas, prohibiendo a Alberto Fernández salir del país y ordenando que se mantenga alejado de la madre de su hijo, Francisco.
Lucía Salinas, periodista que ha seguido de cerca el caso, informó que Fabiola Yáñez expresó ante el juez Ercolini su intención de formalizar una denuncia penal. Este proceso implicó la reactivación de un legajo reservado, iniciado con las primeras pruebas extraídas del celular de María Cantero, quien fue secretaria de Fernández. Las pruebas situaban a Yáñez en una posición de víctima central en el caso.
“El juez ofreció mostrarle las pruebas a Yáñez para que pudiera comprender completamente la magnitud de la situación. Esta semana, ella manifestó sentirse totalmente agobiada, cansada, presionada y hostigada diariamente por el expresidente, lo que la llevó finalmente a presentar la denuncia”, explicó Salinas.
La combinación de estos elementos (la aparición del video, las acusaciones de infidelidad y acoso, y las acciones judiciales) pusieron en el centro de la atención mediática la conducta del expresidente, mientras el caso sigue su curso legal.
Fuente: Derecha Diario