El reconocido economista presentó un plan con el fin de reemplazar el obsoleto sistema de acopio estatal que regía hasta ahora. El presidente Javier Milei ya dio el visto bueno.
Tras el escándalo de corrupción sobre las organizaciones de izquierda que lucraban con la intermediación de programas sociales y la entrega de alimentos, el economista Federico Sturzenegger (que prontamente ejercerá una cartera ministerial dentro del Gobierno) presentó un programa de alternativa basado en seguros con el sector privado.
El Gobierno pretende reemplazar el obsoleto sistema de acopio estatal de alimentos, un régimen a partir del cual el Estado se involucraba directamente en la compra y el almacenamiento de alimentos con carácter de emergencia, y posteriormente decidía cómo y cuándo efectuar su respectiva distribución hacia los sectores carenciados.
Naturalmente el sistema de acopio estatal generó grandes deficiencias, como por ejemplo importantes sobreprecios a la hora de comprar la mercadería, y múltiples situaciones de corrupción y discrecionalidad al momento de la entrega de los alimentos (la intermediación de las organizaciones sociales e incluso empresas fantasma).
Los principales damnificados por las deficiencias del sistema anterior fueron los sectores más pobres, que debieron pagar los costos de la corrupción, los sobreprecios y los costos excesivos. Todo esto en un contexto en donde la tasa de pobreza se disparó más de 10 puntos porcentuales en los últimos 2 años de la administración de Alberto Fernández, según estimaciones de la Universidad Torcuato Di Tella.
Bajo el esquema diseñado por Sturzenegger el Estado dejaría de comprar alimentos de manera directa, y en su lugar compraría “opciones de compra” de esos alimentos. Se trata de un seguro por el cual los agentes privados pueden cobrar, y a cambio de ese cobro se contrapone la entrega de alimentos en cualquier parte del país, bajo cualquier comercio adherido al sistema.
En lugar de que sea el Estado el encargado de comprar y almacenar una gran cantidad de alimentos, con una capacidad logística y técnica que no dispone, en el nuevo sistema todo esto pasaría a ser una potestad del sector privado, que cuenta con una gran ventaja dada por la descentralización del proceso. Se reducen los costos de distribución, se reducen los gastos por almacenamiento, se eliminan los intermediarios y, por lo tanto, se le pone un freno a la corrupción.
“Una cosa es proveer ayuda a los más vulnerables y otra es usar esa ayuda para sostener una red de negocios privados. Esto último es lo que la Ministra Pettovello ha ido descubriendo durante su gestión y por eso los ataques”, explicó el economista.
Más aún, el sistema de Sturzenegger también tiene el potencial de eliminar cualquier tipo de situación de sobreprecio. Estos esquemas de corrupción fueron posibles gracias a que el Estado operó como un único comprador de los alimentos, pero un sistema de seguros descentralizado los precios los determina la oferta y la demanda, y con una gran cantidad de agentes operando resulta prácticamente imposible percibir un precio sobredimensionado por encima de lo que está dispuesto a convalidar el mercado.
Fuente: Derecha Diario