Cerca de 14 años después de haber atropellado y matado a Tomás Trossero (19), Pablo Emiliano Yáñez, a sus 37 años de edad, protagonizó otro violento accidente de tránsito, pero esta vez en soledad y sin cobrarse la vida de ningún inocente. En ambos siniestros hubo un común denominador: manejaba borracho.
El hecho de este viernes ocurrió en la nueva rotonda de la calle Aráoz, a metros del Acceso Sur y frente al INTA, en Luján de Cuyo, a las 5:05 de la mañana. Cuando efectivos de la Policía de Mendoza llegaron al lugar constataron una pila de infracciones: el test de alcoholemia del conductor dio 2,7 gramos de alcohol en sangre. En el procedimiento se comprobó también que tenía la licencia de conducir vencida desde 2023. Afortunadamente, la imprudencia -esta vez- no terminó en tragedia: fuentes indicaron que “no había otros vehículos involucrados en el accidente y no se reportaron heridos en el hecho”.
Pablo Emiliano Yáñez es el conductor que iba a bordo del Peugeot 208 gris cuando perdió el control del vehículo y chocó contra la rotonda esta madrugada. Presuntamente, “el sujeto se quedó dormido”, indicaron fuentes del Ministerio de Seguridad.
Además de la doble imprudencia de manejar absolutamente alcoholizado y con la licencia vencida, al cruzar datos la historia se puso aún más oscura: el conductor ya había sido condenado en Mendoza por atropellar y matar a un joven de 19 años el sábado 30 de octubre de 2010. En esa ocasión, la irresponsabilidad de Pablo Yáñez se cobró la vida de Tomás Trossero. El asesino al volante iba en ese momento a bordo de un Chevrolet Astra negro y había salido a bailar. Ya de regreso, en calles Sáenz Peña y Guiñazú, de Luján, se cruzó de carril y atropelló a la víctima, quien hacía instantes se había bajado de un micro. Peor aún: huyó de la escena. El modus operandi fue similar: iba ebrio y con la licencia vencida.
En 2012 fue condenado a 8 años y 6 meses de prisión por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”, además de recibir 10 de inhabilitación para conducir. Finalmente, recuperó la libertad en 2014, luego de que sus abogados lograran bajarle la pena a solo 3 años. Casi 14 años después de haber sido el culpable de la muerte de Tomás Trossero, nuevamente alcoholizado, volvió a chocar. Por fortuna, este viernes 26 de abril de 2024 nadie perdió la vida.