Los especialistas del organismo multilateral indicaron que las cuentas públicas y la política monetaria deben mantenerse como están ahora para reducir la inflación y recomendaron una apertura de la economía para atraer inversiones.
El Banco Mundial afirmó que el sólido crecimiento del PBI de Argentina el próximo año se fundamentará en el avance de la implementación de las medidas del gobierno de Javier Milei y en un rebote después de la severa recesión proyectada para este año, heredada por el kirchnerismo.
“Las reformas del Gobierno tendrán un impacto positivo, junto con un rebote y mejores perspectivas para el sector agropecuario”, indicaron los economistas del organismo multilateral.
Los expertos presentaron el informe titulado “Relanzando las bases para un crecimiento económico sostenible e inclusivo en la República Argentina”, donde se analizan las causas del bajo crecimiento del país en las últimas décadas y se proponen herramientas para alcanzar un desarrollo sustentable.
En este contexto, los economistas Daniel Reyes y Julián Folgar subrayaron la necesidad de que Argentina abandone su tradicional política fiscal deficitaria y fortalezca su base tributaria. Evitando entrar en detalles a corto plazo, afirmaron que la dirección actual de la política económica de Milei es la adecuada.
También enfatizaron que es crucial mantener la baja inflación que se ha observado en los últimos meses, lo cual se logrará mediante el ordenamiento tanto del frente fiscal como del monetario. Respecto a este último aspecto, señalaron que el Banco Mundial no ofrece recomendaciones específicas sobre el régimen cambiario que un país debe adoptar, pero destacaron la importancia de que Argentina mantenga unas cuentas públicas saludables, un tipo de cambio flexible y una apertura de la economía a través de acuerdos comerciales internacionales, tal como lo plantea el presidente Milei.
Estos pilares son fundamentales para que las empresas argentinas recuperen su competitividad, dado que en las últimas dos décadas han perdido terreno en el ámbito de las exportaciones.
El informe del Banco Mundial señala que “la principal causa de los débiles resultados económicos de Argentina es la persistencia de altos niveles de volatilidad“. Desde la segunda mitad del siglo pasado, “el crecimiento promedio anual del PIB ha sido solo del 2,5 por ciento. Durante este período, Argentina ha experimentado varios episodios de inestabilidad económica, incluidas 15 recesiones“.
Estos dan evidencian la magnitud de la catástrofe que resultó ser el kirchnerismo para la economía y la sociedad argentina, destruyendo al país, y saqueando las riquezas de la nación.
“La duración promedio de las recesiones fue de 1,6 años, con una contracción anual promedio del PIB cercana al 4% en cada caso. Estos períodos de crisis coinciden con la presencia y acumulación de desequilibrios macroeconómicos”, se explicó.
En ese sentido, se destacó que “existe una extensa literatura que sugiere una relación negativa entre volatilidad y crecimiento, agravada por la falta de políticas fiscales anticíclicas y bajos niveles de desarrollo financiero”.
Según varios análisis económicos, “una reducción del 50% en la volatilidad aumenta el crecimiento anual per cápita en 0,25 puntos porcentuales”.
“Un mecanismo crucial para el impacto adverso de la volatilidad en el crecimiento es la inversión: cuanto mayor es la volatilidad en la producción, más incierta se vuelve la demanda futura y, por lo tanto, menos propensas están las empresas a tomar decisiones de inversión a largo plazo”.
Además, se ha comprobado que “la volatilidad macroeconómica y el crecimiento económico a largo plazo guardan una relación negativa, siendo este vínculo aún más pronunciado en países con bajos niveles de desarrollo institucional y económico”.
Esto se debe a que “atraviesan fases intermedias de desarrollo financiero o son incapaces de implementar políticas fiscales anticíclicas”.
Fuente: Derecha Diario