El ancla fiscal se institucionalizó como la principal herramienta para mantener la estabilidad de precios y a partir de ahora los pasivos remunerados no serán más financiados con emisión.
Este viernes, el Banco Central presidido por Santiago Bausili y el Ministerio de Economía al frente de Luis Caputo realizaron un anuncio en conjunto para dar comienzo a una nueva organización del esquema monetario vigente en el país. Se trata de un verdadero arsenal de medidas para reorganizar completamente el funcionamiento de la emisión monetaria.
Hasta ahora y desde el 11 de diciembre, el gobierno de Javier Milei había dejado de emitir dinero para financiar el Tesoro, o sea, el gasto público del Gobierno Nacional, pero se había mantenido un nivel de emisión para pagar la deuda del propio Banco Central (BCRA).
Este cambio trascendental permitirá dejar de emitir para pagar los pasivos remunerados, una bomba de deuda que crecía a un ritmo hiperinflacionario y que si bien Caputo y Bausili habían logrado reducir, ahora se llevará a cero.
El Gobierno pretende que esta nueva reorganización sea funcional a cuatro objetivos: avanzar hacia la desregulación total del mercado cambiario, en otras palabras, el fin del cepo para todas las transacciones; apuntalar la compra de divisas del BCRA en el mercado de cambios, la cuál se deterioró fuertemente en junio; volver a reducir la brecha cambiaria entre el dólar oficial y las paridades alternativas, que ascendieron a más del 40% en este mes; y mejorar el rendimiento de los depósitos que ofrecen las instituciones financieras.
Cómo funcionaba el esquema monetario hasta el viernes
Hasta ahora, en la Argentina funcionaba un esquema en el cual el Banco Central decidía fijar la tasa de interés de política monetaria (la cuál disminuyó drásticamente entre diciembre de 2023 y junio de 2024), que era la tasa de los Pases. En consecuencia, la cantidad de dinero en circulación no se podía controlar directamente, y quedaba determinada por el público.
En otras palabras, la oferta monetaria se ajustaba de manera completamente endógena a lo que fuera necesario para que la tasa de interés de corto plazo fuera la que establecía el BCRA. Con este régimen, el BCRA se veía forzado a emitir dinero para financiar la tasa de interés que devengaban los pasivos remunerados, tanto por la variación de la tasa aplicada como por la cantidad de pasivos que fuera necesario colocar en el mercado.
Este ajuste “endógeno” de la cantidad de pesos en circulación convalidaba todos los shocks sobre precios y salarios que se pudiera suscitar, y los volvía inflacionarios: como aumentos de tarifas, aumentos de precios internacionales, aumentos en las paritarias, etc. Fue por este motivo que el Gobierno postergó algunos los aumentos tarifarios entre mayo y abril, así como también contuvo las paritarias de ciertos sectores.
La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, y lo que ocurrió fue que el BCRA simplemente convalidó monetariamente cualquier otra “causa” alternativa de la inflación con más emisión monetaria.
Los cambios que anunció el Gobierno
El punto fuerte de las medidas es que el BCRA anunció la eliminación total de sus pasivos remunerados, que actualmente se limitaban en mayor medida a la posición neta de Pases. Estos pasivos pasan automáticamente a formar parte del balance del Tesoro, y su financiación ahora dependerá de la capacidad financiera que disponga el Gobierno nacional.
Antes, los sucesivos intereses generados por los Pases se financiaban con emisión monetaria. A partir de ahora, estos intereses se financiarán con superávit fiscal a cuenta del Tesoro, y la deuda se refinanciará sucesivamente como ocurre en cualquier país del mundo.
Este movimiento podría morigerar las expectativas inflacionarias, ya que el BCRA dejará de actuar como “garante” de los pasivos remunerados en caso de que el rollover no se pudiese llevar a cabo. Y mayor aún, se permite así terminar con esta fuente de emisión monetaria endógena.
Asimismo, el Banco Central continuará apegado a fijar una tasa de interés de política monetaria en lugar de controlar agregados monetarios de forma directa, pero a partir de ahora lo hará a través de la emisión de una nueva “Letra de Regulación Monetaria” que reemplaza a todos los Pases que hasta ahora estaban en funcionamiento.
La LRM será un instrumento indexado por la tasa de interés que decida fijar el Banco Central y con cupón flotante, la cual servirá para que los bancos puedan colocar su exceso de liquidez. Y si bien va a ser administrada por el propio banco central, la letra va a formar parte del balance del Tesoro, y será este último el que se hará cargo del pago de sus respectivos intereses. La tasa de interés seguirá siendo fijada por el BCRA, pero los costos serán absorbidos por el Tesoro.
Y la lógica detrás de esto es que la mayor parte de la deuda por pasivos remunerados se originó a partir de la monetización constante de déficit pasados del Tesoro (al menos desde 2009), y la emisión de Lebac, Leliq, Notaliq y Pases simplemente obedeció a la necesidad de esterilizar por lo menos una parte de toda esa emisión efectuada.
La transición entre el viejo y el nuevo esquema monetario aún no está definida, pero el Gobierno ya definió una reunión con los principales bancos del país convocada para el próximo lunes, y en las siguientes dos semanas de determinarán los detalles técnicos y operativos para terminar con el funcionamiento de los Pases y poner en marcha el nuevo instrumento del BCRA.
Fuente: Derecha Diario