Luego de que H.I.J.O.S. acuse a Javier Milei por los «discursos de odio», la Justicia concluyó que el asesino fue el hijo de la víctima, militante de la misma agrupación kirchnerista.
En la investigación del crimen de Susana Beatriz Montoya, de 74 años, madre del integrante de la agrupación H.I.J.O.S. Fernando Albareda, se produjo un giro dramático.
Montoya fue golpeada y estrangulada entre la noche del jueves y la mañana del viernes pasados. Inicialmente, se sospechaba que el crimen podría estar relacionado con una «venganza» por su vínculo con los «derechos humanos y los crímenes de la última dictadura«. Sin embargo, la Justicia ha ordenado la detención de su hijo, quien ahora está imputado por homicidio calificado por el vínculo.
El fiscal del distrito 4, turno 3, Juan Pablo Klinger, presentó la acusación contra Albareda. El detenido había relatado en diversas declaraciones a la prensa que había encontrado el cuerpo de su madre en el patio de su casa, ubicada en el barrio Ampliación Poeta Lugones. Montoya presentaba signos de violencia, incluyendo golpes en la cabeza y un corte aparentemente infligido con un arma blanca. Además, se descubrió un mensaje amenazante escrito con lápiz labial en una pared de la vivienda, que decía: «Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos«.
Según un comunicado emitido esta tarde por el Ministerio Público Fiscal, la decisión de detener a Albareda se basó en la incorporación de «profusos y contundentes elementos probatorios» que permitieron reconstruir las circunstancias del hecho y generaron sospechas fundadas sobre su participación en el crimen.
El informe técnico del Área de Grafocrítica de la Policía Judicial ha concluido preliminarmente que los manuscritos encontrados en la pared de la casa de la víctima presentan similitudes con otros grafismos atribuidos a Fernando Armando Albareda, incluyendo aquellos presentes en los anónimos relacionados con las amenazas que él mismo denunció el 8 de diciembre de 2023.
Fernando Albareda, de 53 años, es hijo de Ricardo Fermín Albareda Kalemberg, un subcomisario de la Policía de Córdoba que fue asesinado durante la última dictadura por un grupo perteneciente al Departamento de Inteligencia de la fuerza de seguridad provincial, conocido como D2. El 8 de diciembre pasado, Albareda denunció la aparición de carteles amenazantes y seis balas calibre 22 en su domicilio, lo que generó una ola de repudios por parte de buena parte del espectro político cordobés, quienes rápidamente, y sin ningun tipo de prueba, apuntaron erróneamente contra el presidente Javier Milei.
Los mensajes amenazantes estaban escritos en papeles y decían cosas como: “Te vamos a juntar con tu papito”; “Sos hijo de terrorista. Se te terminaron los amigos de la Policía”; y “No vayas más a la escuela ni a jefatura. Vas a morir”. Albareda, quien daba «clases de derechos humanos» en la Escuela de Policía de Córdoba, recibió estas amenazas con evidente «preocupación«.
Albareda, ahora detenido, es funcionario de la delegación local de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Según el informe forense, Montoya fue golpeada en la cabeza con un trozo de cemento, asfixiada, estrangulada y, una vez fallecida, apuñalada en el cuello. Su cuerpo fue encontrado cubierto con pasto y restos de excremento de perro en el patio de su casa.
Albareda, en declaraciones a los medios, se mostró visiblemente conmocionado y expresó su convicción de que el asesinato de su madre «no tenía un móvil de robo«. Afirmó que la había visto por última vez el jueves anterior al crimen, cuando la acompañó a una cita médica, y mencionó que intentó contactarla por teléfono sin éxito, lo que lo llevó a visitarla el sábado, donde encontró la casa en un estado anormal, con las persianas cerradas, lo que le «pareció sospechoso«.
Sin embargo, para la Justicia, los hechos ocurrieron de manera diferente. La investigación determinó que Albareda habría estado con su madre el jueves por la tarde e incluso cenado con ella, pero que luego la habría atacado por detrás cuando ella salió al patio a alimentar a sus perros. Un peritaje sobre los teléfonos celulares ubicó a Albareda en la zona del crimen. Fue arrestado al mediodía de ayer, mientras caminaba por la calle, bajo la acusación de homicidio.
Hace unos dias, cuando se conoció la noticia de la muerte de Montoya, la agrupación H.I.J.O.S. emitió un comunicado al respecto, en donde apuntaron rápidamente contra el presidente Milei. «Los discursos de odio que permanentemente circulan en nuestra sociedad son el peligro latente de cuando verdaderamente pasan a la acción. Ya dijimos nunca más”, afirmó erróneamente la agrupación kirchnerista.
En el mismo sentido se expresó Estela de Carlotto, quien expresó: «El Gobierno actual quiere entorpecer la historia de nuestro país, cambiarla. Quieren ponernos enfrentados para poder eliminarnos. Quieren que tengamos miedo, que no nos manifestemos«. Una vez más, la izquierda y el kirchnerismo resultaron estar equivocados y guiados por un sesgo ideológico que no los dejó ver la realidad.
Fuente: Derecha Diario