En una señal del fortalecimiento de los lazos políticos y militares entre Argentina y Estados Unidos, 62 cadetes recién egresados de la Escuela de Aviación Militar visitaron la base aérea de Eglin, ubicada en Florida.
Durante su estadía, recibieron entrenamiento en diversas habilidades y se familiarizaron con el programa de formación de los pilotos de los cazas F-35 Lightning II, uno de los aviones de combate más avanzados y poderosos del mundo.
La visita de los futuros aviadores argentinos y las actividades realizadas fueron difundidas a través de las redes sociales y en el sitio oficial de la Base Aérea Eglin. La base, dirigida por el brigadier general Mark A. Massaro, fue anfitriona de la delegación, que llegó como parte del viaje final de formación de la promoción 90 de la academia con sede en Córdoba, liderada por el brigadier Marcelo Ramadori.
«Recientemente, hemos recibido a 62 cadetes y líderes de la Academia de la Fuerza Aérea Argentina. Estamos emocionados de tener la oportunidad de mostrar al Equipo Eglin People and Capabilities a la próxima generación de aviadores destacados para la Fuerza Aérea Argentina. Crear alianzas fuertes y duraderas con nuestros aliados en todo el mundo permite la seguridad colectiva regional y mundial. ¡Vamos a por ello! #TeamEglin #AlliesandPartners», publicó la base en sus redes sociales.
En otro mensaje acompañado de un video institucional, se destacó: «¡¡Este fue un gran día con la Academia de la Fuerza Aérea Argentina!! ¡Gracias a todos los cadetes y líderes por tomarse el tiempo para ver todos los increíbles aviadores y capacidades que el equipo Eglin tiene para ofrecer! 🙌#TeamEglin #Airmen #AlliesandPartners».
Ambos comunicados resaltaron la condición de «aliados y socios» entre Argentina y Estados Unidos, una relación que alcanzó niveles sin precedentes desde la asunción de Javier Milei como presidente.
De acuerdo con información proporcionada por fuentes militares al medio Infobae, el viaje de los cadetes se extiende del 20 al 29 de noviembre. Durante este período, visitaron la base aérea de Eglin, en Florida, luego viajaron a Washington y finalizaron su recorrido en San Pablo, donde asistieron a la Academia de la Fuerza Aérea de Brasil, en Pirassununga. Tras esta gira, regresarán a Buenos Aires para iniciar sus funciones como aviadores militares.
La participación del brigadier general Mark A. Massaro en las actividades de intercambio con los representantes de la Fuerza Aérea Argentina, así como la difusión de estas actividades en la página oficial y redes sociales, demuestran la importancia que el aparato militar estadounidense otorgó al evento.
Massaro, comandante de la 96th Test Wing del Air Force Materiel Command en Eglin, lidera a más de 10.000 militares, civiles y contratistas en tareas que incluyen la evaluación de municiones convencionales, sistemas de mando y control, aviónica, y la medición de la sección transversal del radar.
La 96th Test Wing cuenta con ocho grupos y 32 escuadrones, opera 38 aeronaves de prueba únicas y gestiona 120.000 millas cuadradas de áreas de pruebas marítimas, además de instalaciones en seis estados.
Massaro también supervisa el apoyo operativo de la base, la infraestructura y los servicios, interactuando con líderes locales en una región que abarca tres condados y 11 ciudades, con un impacto económico militar anual de 10,8 mil millones de dólares, según detalla el sitio web de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Durante su estadía, los cadetes participaron en actividades relacionadas con salvamento, asistencia y combate en tierra. Además, recibieron información sobre el programa de entrenamiento del F-35 Lightning II, perteneciente a la unidad 33rd Fighter Wing, y tuvieron la oportunidad de observar varias de estas aeronaves expuestas en la base.
El F-35 Lightning II, uno de los aviones de combate más avanzados y costosos del mundo, tiene un precio aproximado de 100 millones de dólares. Este caza de quinta generación, utilizado por primera vez en Afganistán, es un monoplaza y monomotor diseñado para misiones de superioridad aérea y ataque.
Según Lockheed Martin, combina tecnología furtiva avanzada con velocidad, agilidad, fusión de sensores y capacidades de sostenimiento avanzadas.
Este avión está diseñado para operar sin ser detectado por los radares enemigos, lo que lo convierte en un recurso muy valorado por los aliados de Estados Unidos. Existen tres versiones: el F-35A, con despegue y aterrizaje convencionales; el F-35B, que permite despegues cortos y aterrizajes verticales; y el F-35C, adaptado para portaaviones.
Los cadetes también recibieron capacitación en áreas como la desactivación de explosivos, protección contra incendios y maniobras militares con perros entrenados para tareas específicas.
Fuente: Derecha Diario