A pesar de la urgencia que exigía la situación, el accionar del gobernador ultra kirchnerista Axel Kicillof, junto con su equipo en la provincia de Buenos Aires, pone de manifiesto su falta de interés hacia la salud de los bonaerenses.
En un momento crítico, la Policía Bonaerense, bajo la dirección del ministro de Seguridad, Javier Alonso, y el Ministerio de Salud, liderado por Nicolás Kreplak, se negaron en dos oportunidades a autorizar el uso del helicóptero sanitario para el traslado de Martiniano a un centro especializado.
Martiniano, un niño que recibió atención inicial en el hospital Blas L. Dubarry, fue sometido a una neurocirugía de emergencia. Sin embargo, a pesar de la gravedad de su condición, el Gobierno de Kicillof no consideró prioritario el uso del helicóptero, argumentando que este recurso estaba reservado exclusivamente para agentes policiales, sus familiares o personas detenidas.
La falta de un traslado aéreo adecuado condujo a que el niño tuviera que ser trasladado por tierra desde Mercedes hasta el hospital Garrahan en un estado crítico, lo que representa una pérdida de tiempo vital que podría haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte. Este tipo de decisiones demuestra la gran negligencia que caracteriza al gbierno provincial.
Este lamentable incidente no es un caso aislado, sino que revive un debate que estuvo presente en la provincia durante años. En 2011, se adquirió un helicóptero sanitario durante la gestión de Daniel Scioli, diseñado para atender emergencias médicas complejas.
Sin embargo, en los últimos años, el gobierno de Axel Kicillof priorizó el uso de este helicóptero para operaciones policiales y traslados de carácter político, dejando a los ciudadanos sin su transporte sanitario.
En 2023, el gobierno provincial decidió invertir 6 millones de dólares en el reacondicionamiento del helicóptero en Estados Unidos, pero desde su regreso fue utilizado exclusivamente en operativos policiales, mientras que los ciudadanos se ven desprovistos de atención médica adecuada en situaciones críticas.
El caso de Martiniano es una clara muestra de la negligencia en el manejo del sistema de salud en la provincia de Buenos Aires. Mientras Kicillof tiene acceso a helicópteros de alta gama para su uso personal y para fines políticos, no existe un helicóptero dedicado exclusivamente a emergencias médicas civiles.
En la actualidad, Martiniano sigue luchando por su vida en el hospital Garrahan, y la comunidad de Mercedes mantiene una cadena de oración esperando su pronta recuperación.
Es hora de que Kicillof dejé de hacer populismo barato con los incendios en Córdoba y asuma su responsabilidad y garantice que situaciones como esta no se repitan, priorizando la salud y el bienestar de los bonaerenses sobre sus intereses políticos. La vida de los ciudadanos, y especialmente la de los niños, no debería depender de decisiones burocráticas que reflejan un profundo desinterés por el bienestar del pueblo.
Fuente: Derecha Diario