Las delegaciones argentinas, paraguayas y salvadoreñas encabezaron las negociaciones para romper con la hegemonía de la Agenda 2030 en la cumbre que tuvo sede en Asunción.
En la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Argentina, Paraguay y El Salvador se unieron para tomar una postura firme en defensa de los valores tradicionales, oponiéndose tajantemente a la Agenda 2030.
Este embate lo lideró Diana Mondino, canciller argentina, Santiago Peña, presidente paraguayo, y Alexandra Hill, canciller salvadoreña, quienes enfatizaron la importancia de proteger la vida y la familia en sus respectivos discursos, y cuyas delegaciones revisaron rigurosamente el lenguaje de toda la documentación a la que se suscribió.
En su discurso, Mondino exigió el jueves a la OEA que no promocione “iniciativas ideológicas” que atenten contra “la defensa de la vida, los derechos individuales y la libertad“, cumpliendo el mandato del presidente Javier Milei.
La ministra advirtió sobre el riesgo de que la organización se convierta en un ámbito donde converjan ideas que, bajo el pretexto de construir sociedades más inclusivas, “promueven la adopción de modelos que arrasan ideales como defender la vida, los derechos individuales y la libertad“.
“La defensa de la vida, la libertad y la propiedad es vital. Nuestra Constitución nacional consagra estos derechos y creemos que la dignidad de cada persona es un fin en sí mismo y no un medio para otro fin“, declaró Mondino.
Por su parte, el presidente paraguayo Santiago Peña reafirmó el compromiso de su país con la defensa de la vida y la familia, basándose en su Constitución Nacional. Durante el acto inaugural de la Asamblea, Peña dejó claro que Paraguay no permitirá la injerencia de agendas extranjeras en sus decisiones nacionales.
Peña reconoció el papel de la OEA en la defensa de los derechos humanos, destacando los logros en áreas como la libertad de expresión, los derechos de los pueblos indígenas y la lucha contra la tortura. Sin embargo, insistió en que el sistema debe respetar la diversidad de valores y visiones sobre los derechos humanos, especialmente en países donde ciertos principios tradicionales son profundamente valorados.
El mandatario paraguayo también hizo hincapié en la protección de la familia al lanzar la Estrategia Integral para la Protección de la Familia, un programa que busca combatir la violencia en los hogares paraguayos.
“Estoy decidido que el Paraguay dé un paso hacia el desarrollo, que Paraguay sea el país más desarrollado del mundo, pero no estoy dispuesto a ceder que en el nombre del desarrollo, en el nombre de la prosperidad económica que nosotros perdamos algo tan importante para nosotros que es la familia“, afirmó Peña.
“En este contexto, el Paraguay reafirma con gran vigor y fuerza su compromiso de proteger la vida humana desde la concepción y defender a la familia como célula fundamental de la sociedad. Así como los valores tradicionales que son el cemento de nuestra sociedad“, añadió.
Los representantes argentinos, paraguayos y salvadoreños encabezaron un liderazgo regional en un cambio cultural en la defensa de los derechos humanos en la OEA. Especialmente las propuestas de la delegación Argentina obtuvieron consenso e hizo aportes significativos para la ampliación de los derechos humanos en temas de infancia, derechos de la mujer, la protección de la familia, salud mental y grupos vulnerables, sin suscribir a ninguno de los puntos de la Agenda 2030.
La delegación argentina generó nuevos consensos regionales con propuestas para promover la libertad de expresión frente a grupos regresivos e ideológicos que pretendían limitarla. La defensa de la libertad de expresión respetuosa de los derechos humanos prevaleció frente a regímenes totalitarios que querían usar los discursos de odio u otras figuras para discriminar y perseguir la libertad de expresión.
La Argentina volvió a obtener un consenso sin fisuras en la defensa internacional y regional del reclamo histórico de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, incluso a pesar de ciertas amenazas que hubo en las negociaciones si la Argentina no respaldaba la Agenda 2030.
La delegación que encabezó Mondino fue líder en defender los derechos de la infancia a nivel regional proponiendo la introducción de la protección del interés superior de los niños en varias instituciones de la OEA. Es la primera vez que la protección de la infancia se defiende como superior a las perspectivas de género, y se incorpora así en el lenguaje regional.
Argentina se opuso a la paridad de género como medio para lograr la igualdad real de oportunidades. Los cupos no son la solución real. Propuso cambios estructurales para la valoración del mérito de las mujeres y la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos.
Sin cupos, la negociación de comisiones en la OEA fue llevada por adelante por cinco mujeres, con la Canciller, Diana Mondino y la Embajadora, Sonia Cavallo, a la cabeza, estando allí por mérito.
Fuente: Derecha Diario