La “saga” de contrataciones discrecionales de Alberto Fernández continúa. El expresidente había designado en Casa Rosada como secretaria, a una joven que conoció a través de Instagram durante la campaña presidencial de 2019.
Mercedes Doxandabarat, quien tenía 27 años en ese entonces, aparentemente comenzó a intercambiar mensajes con Fernández por redes sociales. Antes de asumir como el sucesor de Mauricio Macri, se habrían visto en el búnker de la calle México y luego en el despacho presidencial.
A finales de diciembre de 2019, Doxandabarat comenzó a trabajar en Casa Rosada. Ella niega haber tenido cualquier vínculo con la ex pareja de Fabiola Yáñez y afirma que su ingreso a Balcarce 50 fue a través de un “tío político” que hizo un pedido al entonces jefe de asesores, Juan Manuel Olmos.
Sin embargo, cercanos al actual titular de la Auditoría General de la Nación desmienten esta versión: aseguran que Mercedes comenzó a trabajar en su área desde la Secretaría General de la Presidencia, adonde había llegado previamente. También niegan que existiera cualquier contacto previo del referente del PJ porteño con la joven, lo que contradice la versión de la mujer. A pesar de que también había negado un encuentro cara a cara con el expresidente, una foto que muestra a Mercedes con Alberto Fernández la deja en evidencia.
En este contexto, fuentes que tuvieron contacto con Mercedes recuerdan que, en diciembre de 2019, “apenas asumido Alberto“, ella habría compartido en un asado “sus historias” con el entonces mandatario “y cómo consiguió el trabajo, mostrando fotos con él y en la Rosada“.
La joven se desempeñó durante más de tres años como secretaria en el salón Martín Fierro, contiguo al despacho de Olmos. Fue despedida en septiembre de 2023 por pedir reuniones y hacer gestiones en nombre de “Juan Manuel“. La gota que colmó el vaso fue una audiencia solicitada a Máximo Kirchner, que, según el entorno del exfuncionario, puso en evidencia maniobras “para beneficio propio o algún tipo de lobby“.
En Casa Militar coincidieron en que la entonces secretaria asumió atribuciones que no le correspondían por su cargo. La joven negó todo y afirmó que la única obra que impulsó por su cuenta fue la restauración de la capilla en la planta baja del palacio gubernamental.
Mercedes también trabajó en el estudio Cuneo Libarona cuando lo integraba el actual ministro de Justicia, pero en el área de Rafael, hermano del ministro. Empleadas de ese bufete recuerdan que, tras renunciar a ese puesto, la joven compartió “los chats con Alberto y que trabajaba en Casa Rosada“.
Este no es el único episodio llamativo para quienes trabajaron con ella. En una ocasión, Mercedes contactó a un exfuncionario macrista, a quien llegó “por un conocido en común”, para “una consulta profesional”. Lo curioso del caso es que ese breve contacto dejó una “sensación extraña” en el consultado, es decir, sobre las verdaderas motivaciones de aquella comunicación.
Los gatos de Alberto: una historia sin fin
El caso de Doxandabarat se suma al de otra mujer contactada por Fernández por chat y que finalmente llegó a Nucleoléctrica: Valeria Yolanda Araujo (44), quien comenzó a trabajar en una planta nuclear en 2021. También en 2021, una azafata que Fernández conoció en un vuelo privado comenzó a trabajar en el área de “Salones y Eventos” de Casa Rosada y tuvo un ingreso sugestivo a la residencia de Olivos a las 21 del 31 de marzo de aquel año.
Además, Fernández creó un cargo a medida para una joven secretaria: Ana Clara Hernández, conocida como “Anita” en Balcarce 50. Ella era la más joven de sus asistentes y fue resistida por María Cantero, la colaboradora histórica de Fernández involucrada en el caso de los Seguros, a quien Fabiola advirtió que era víctima de “violencia de género”.
Fuente: Derecha Diario