En medio de las críticas por la denuncia de «violencia de género» y las nuevas revelaciones sobre su comportamiento infiel e inapropiado con otras mujeres, surgieron detalles sobre una contratación realizada por el expresidente Alberto Fernández en 2020: una joven secretaria con un cargo creado a medida y con quien habría mantenido una relación tan cercana que incluso le decía “gordo” como apodo.
Ana Clara Hernández, conocida como “Anita”, fue la secretaria privada más joven del expresidente Fernández. Su inclusión fue resistida por María Cantero, la histórica colaboradora del expresidente actualmente implicada en la causa de corrupción relacionada con los Seguros, y a quien Fabiola Yáñez había alertado sobre su situación de «violencia de género».
En 2020, “Anita” tenía 32 años cuando el decreto 208/2020, publicado en el Boletín Oficial el 2 de marzo de 2020, la designó como “secretaria asistente” con “dependencia directa de la Presidencia”.
Su rol teórico incluía tres funciones: “asistir en la gestión administrativa de la Secretaría Privada del señor Presidente de la Nación, analizar los asuntos que le sean expresamente encomendados, y elaborar informes y recomendaciones sobre los temas que examine, para su posterior elevación y consideración del señor Presidente”.
Según reveló Clarín, la relación entre “Anita” Hernández y el Presidente era informal. Quienes frecuentaban el despacho indicaron que su trato era extremadamente «amistoso y sin jerarquías«. De hecho, se mencionó que ella se refería a Fernández como “El Gordo”, en tono afectuoso.
Militante kirchnerista desde 2011, aunque en Casa Rosada se atribuyó su ingreso al Ejecutivo a una recomendación del exministro de Ambiente Juan Cabandié, una figura prominente de La Cámpora, Fernández conoció a “Anita” en 2018, antes de ser designado candidato a la presidencia por la condenada por corrupción, Cristina Fernández de Kirchner, durante una de las primeras charlas sobre la reunificación del Partido Justicialista y el kirchnerismo.
“Era de su total confianza, entraba al despacho sin restricciones, lo cual llamaba mucho la atención, además de que ella nunca pasaba desapercibida. Cuando no había reuniones ni visitas, Alberto almorzaba con ella”, comentó una fuente.
En las redes sociales de “Anita” hay fotos que reflejan su cercanía con Fernández: desde arriba del helicóptero, en su escritorio, hasta «trabajando» con el presidente en el despacho.
Cantero, la histórica secretaria del expresidente, nunca aceptó la incorporación de “Anita” cuando Fernández asumió en diciembre de 2019. No la conocía personalmente y, a sus 32 años en ese momento, no contaba con la experiencia suficiente para justificar su contratación.
Recientemente también se conoció la contratación en 2021 de la azafata privada Grisel Tamborro como empleada pública. A pesar de las recomendaciones de sus colaboradores para no avanzar con la designación, Fernández decidió proceder con ella.
Fuente: Derecha Diario